5 nov 2014

Unos escáneres cerebrales dan pistas sobre el síndrome de fatiga crónica

Los hallazgos podrían ayudar a los médicos a diagnosticar la misteriosa afección
JUEVES, 30 de octubre de 2014 (HealthDay News) -- Hay unas diferencias claras entre los cerebros de las personas con síndrome de fatiga crónica y los cerebros de las personas sanas, indica una investigación reciente.
Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford afirman que sus hallazgos podrían ayudar a los médicos a diagnosticar la misteriosa afección, e iluminar la forma en que se desarrolla. Con frecuencia, las personas con síndrome de fatiga crónica se diagnostican mal o se etiquetan de hipocondríacas.
Usando tres tipos de tecnologías de escaneado del cerebro, "encontramos que los cerebros de los pacientes [de síndrome de fatiga crónica] se diferencian de los de los sujetos sanos al menos de tres formas distintas", aseguró el autor líder del estudio, el Dr. Michael Zeineh, profesor asistente de radiología, en un comunicado de prensa de la Stanford.
El síndrome de fatiga crónica afecta a hasta cuatro millones de personas tan solo en Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. La afección, que provoca una fatiga debilitadora y constante que persiste durante seis meses o más, es difícil de diagnosticar. Otros síntomas del síndrome de fatiga crónica pueden variar de un paciente a otro. También son similares a síntomas que con frecuencia se asocian a otras afecciones de salud.
"El síndrome de fatiga crónica es uno de los mayores desafíos científicos y médicos de nuestros tiempos", aseguró en el comunicado de prensa de la Stanford el autor principal del estudio, el Dr. José Montoya, profesor de enfermedades infecciosas y medicina geográfica.
"Sus síntomas con frecuencia incluyen no solo una fatiga abrumadora, sino también dolor articular y muscular, dolores de cabeza que incapacitan, intolerancia a los alimentos, dolor de garganta, agrandamiento de los ganglios linfáticos, problemas gastrointestinales, eventos anómalos de la presión arterial y la frecuencia cardiaca, e hipersensibilidad a la luz, los ruidos y otras sensaciones", comentó.
Montoya y su equipo han estado siguiendo a 200 personas con síndrome de fatiga crónica durante varios años, con la esperanza de mejorar el diagnóstico y el tratamiento. Con el objetivo de alcanzar una mejor comprensión sobre la afección, los investigadores utilizaron tecnología de IRM para comparar los cerebros de 15 de esos pacientes con 14 personas similares sin la afección ni ningún síntoma relacionado.
"Si no se comprende la enfermedad, se tiran dardos con los ojos vendados", lamentó Zeineh. "Nos preguntamos si las imágenes del cerebro sacarían algo concreto que difiriera entre los cerebros de los pacientes [de síndrome de fatiga crónica] y los de las personas sanas. Y de forma interesante, así fue".
El estudio, que aparece en la edición del 28 de octubre de la revista Radiology, encontró que los pacientes de síndrome de fatiga crónica tenían en total menos materia blanca (los conductos nerviosos que portan información de una parte del cerebro a otra) que las personas que no sufrían de la afección.
Se cree que el síndrome de fatiga crónica tiene que ver con la inflamación crónica, lo que podría deberse a una infección viral no identificada. Dado que una infección de ese tipo puede afectar a la materia blanca, este hallazgo no resultó sorprendente, dijeron los investigadores.
Pero al usar técnicas avanzadas de imágenes, los autores del estudio también identificaron una anomalía cerebral específica en los pacientes de síndrome de fatiga crónica. Esa anomalía se encontró en un área del cerebro que conecta al lóbulo frontal y a los lóbulos temporales, conocida como el fascículo arqueado derecho.
Hubo un vínculo firme entre la gravedad de esa anomalía y la gravedad del síndrome de fatiga crónica, dijeron los investigadores.
El estudio también encontró que los pacientes de síndrome de fatiga crónica tenían un mayor grosor en la materia gris en dos áreas del cerebro conectadas por el fascículo arqueado derecho.
Los investigadores dijeron que a pesar de la potencia de sus hallazgos, los resultados deben ser confirmados mediante más investigación. "Este estudio fue un inicio", aseguró Zeineh. "Nos muestra dónde buscar".
 
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: Stanford University School of Medicine, news release, Oct. 28, 2014
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_149235.html

21 mar 2014

Patología neurovascular periférica: ¿un síntoma específico de la fibromialgia?

Si hace unas semanas, un estudio, a cargo del Centro Nacional de Información Biotecnológica de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, nos decía que la culpable de esta enfermedad es la alteración de la temperatura corporal, en estos días nos encontramos con otro estudio que también se centra en lo que sucede en la piel. Permítanme tomarlos, aún, con pinzas... Veamos qué dice este resumen publicado en redpacientes.com.


UN ESTUDIO CONCLUYE QUE LA FIBROMIALGIA NO ES PSICOSOMÁTICA,
SINO QUE SU CAUSA PUEDE ESTAR EN LA PIEL

Investigadores del Integrated Tissue Dinámica LLC de EE.UU (Intidyn) y del Centro de Neurofarmacología y Neurociencias del Albany Medical College, en un estudio realizado sobre la fibromialgia dicen que han encontrado una justificación biológica, una patología neurovascular periférica constantemente presente en la piel de pacientes con fibromialgia que puede ser una fuente de accionamiento de los síntomas.

Según dijo el Dr. Frank L. Rice, Presidente de Intidyn y el investigador principal del estudio:
"En lugar de estar en el cerebro, la patología se compone de excesivas fibras nerviosas sensoriales alrededor de estructuras vasculares especializadas ubicadas en las palmas de las manos".
"Este descubrimiento proporciona evidencia concreta de una patología específica de la fibromialgia que ahora se puede utilizar para el diagnóstico de la enfermedad, y como un nuevo punto de partida para el desarrollo de terapias más eficaces."

Según estos investigadores:
"Habíamos pensado que estas terminaciones nerviosas sólo estaban involucradas en la regulación del flujo de sangre en un nivel subconsciente, para regular la temperatura corporal, sin embargo, aquí tuvimos evidencia de que las terminaciones del vaso sanguíneo también pueden contribuir a nuestro sentido consciente del tacto ... y también el dolor."

Para este estudio analizaron las terminaciones nerviosas, a partir de pequeñas biopsias de piel recogidas de las palmas de los pacientes con fibromialgia que fueron diagnosticados y tratados por los autores del artículo.

El estudio se limitó a las mujeres, que tienen más del doble de aparición de la fibromialgia que los hombres. Lo que el equipo encontró fue un aumento en las fibras nerviosas sensoriales en sitios específicos dentro de los vasos sanguíneos de la piel. Estos sitios críticos son diminutas válvulas musculares, llamados válvulas arteriolas-vénulas (AV), que forman una conexión directa entre las arteriolas y vénulas.

El Dr. Rice describió su función:
"Todos aprendimos que el flujo de sangre oxigenada fluye desde las arteriolas a los capilares, que a su vez transmiten la sangre sin oxígeno a las vénulas. Las válvulas AV de la mano son las únicas que crean una derivación (bypass) del lecho capilar para el principal propósito de regular la temperatura corporal".

En los seres humanos, este tipo de válvulas son exclusivas de las palmas de las manos y plantas de los pies que funcionan como el radiador en un coche. Bajo condiciones de calor, los tubos de derivación se cierran para forzar que la sangre llegue más a los capilares de la superficie de la piel con el fin de irradiar calor desde el cuerpo, y nuestras manos pueden comenzar a sudar. En condiciones de frío, las válvulas se abren permitiendo que la sangre circule sin pasar por los capilares con el fin de conservar el calor, por lo que nuestras manos se enfrían.
Según el co-autor Dr. Phillip J. Albrecht:
"El exceso de inervación sensorial en sí puede explicar por qué los pacientes con fibromialgia suelen tener las manos especialmente sensibles y dolorosas. Pero, además, dado que las fibras sensoriales son responsables de la apertura de las derivaciones, se convertirían en especialmente activas en condiciones de frío, que son generalmente muy molestas para los pacientes con fibromialgia".




Fuente del estudio (en inglés): Science20
Fuente del artículo: http://redpacientes.com/social/posts/view/67827

9 ene 2014

¿Descubierta la causa real de la fibromialgia?

La fibromialgia sigue siendo hoy en día una de esas enfermedades que mantiene a la comunidad científica (y sobre todo a los profesionales médicos) en continuo enfrentamiento. Principalmente porque algunos creen que es una enfermedad física real, pero aún hay muchos profesionales que afirman que es una enfermedad psicológica y que el dolor se encuentra en la mente.

Ahora, por fin, un estudio demuestra que es una enfermedad totalmente física y que de psicológica tiene poco. El estudio, a cargo del Centro Nacional de Información Biotecnológica (NBIC) de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos han dado con la causa de esta enfermedad que actualmente ya constituye una entidad propia, pero que anteriormente se diagnosticaba por puro descarte de otras dolencias similares.

Según la reciente investigación, la culpable de esta enfermedad es la alteración de la temperatura corporal. Como ya sabéis, nuestro cuerpo se mantiene en una media de 37 ºC y esto se debe a que nuestra sangre actúa como un refrigerante corporal. Pero en la fibromialgia, los enfermos no pueden mantener su temperatura corporal de forma constante.

Cuando perdemos mucho calor (hipotermia) o ganamos demasiado (hipertermia), el hipotálamo, el núcleo cerebral responsable de regular la temperatura de nuestro cuerpo, actúa e intenta mantener el equilibrio dentro del organismo. Para ello utiliza la sangre y los vasos sanguíneos. Cuando hace demasiado frío los vasos se cierran (vasoconstricción) para proteger nuestros órganos principales de la baja temperatura. Si hace calor los vasos se dilatan (vasodilatación) para así refrigerar nuestro cuerpo. De la misma forma, cuando realizamos ejercicio o usamos nuestros músculos para alguna tarea, la sangre fluye entre la piel y los músculos a modo de refrigerante.

Para que esta abertura o cierre del flujo se produzca correctamente existen unas comunicaciones y válvulas entre los vasos sanguíneos, son las derivaciones arterio-venosas, controladas por el hipotálamo para abrirse o cerrarse cuando convenga, manteniendo así el equilibrio corporal. Y finalmente tenemos los capilares sanguíneos, la forma de los vasos más pequeña de nuestro cuerpo que también ayuda a mantener la temperatura, entre otras funciones. Destaca su elevado número en pies y manos.

Anteriormente se sabía que en los pacientes diabéticos los capilares sanguíneos acaban lesionándose, ocasionando pérdida de sensibilidad y también alteración de la temperatura en manos y pies. Pero la fibromialgia va más allá, pues lo que se lesiona en esta enfermedad son las válvulas entre vasos -las derivaciones arterio-venosas- que a su vez interfieren en la actividad de los capilares y también ocasionan una alteración de la nutrición de músculos y tejidos de la piel, además de lesionar el sistema de refrigeración corporal.

A causa de este mal funcionamiento se acumula ácido láctico en los músculos y los tejidos profundos, afectando así al sistema muscular y causando dolor, llegando finalmente a la fatiga, ambos síntomas típicos de la fibromialgia.

Por otra parte, el sistema nervioso simpático, responsable de la sensibilidad, también se ve afectado por el mal funcionamiento de las derivaciones arterio-venosas y al encontrarse hipersensibilizado envía señales de dolor al sistema nervioso central, agravando más los síntomas.

Fuente: The Washington Times Communities